Retratos de una distopía absurda
Ahora me
siento como si el mundo fuera respirable y en cada molécula pudiese verse el
color de las intenciones, los pequeños misterios que conforman las cosas más
habituales y en las que nunca nos paramos a pensar. Pues yo sí. Quizá fuese
porque comprendí que algún día desaparecería y ese día me pregunte qué habré
aportado yo a esta maraña de objetos móviles que se empeñan en dar sentido
humano a lo que no lo tiene, a lo que está más allá de nuestra conciencia.
"Como excremento ajeno" dentro del volumen "Historias del alma negra".
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